02 abril 2008

Podría


PERSONAJES:

GRIS, sobre los 50 años
ROJO, sobre los 35 años


Al atardecer. Una luz cálida y suave entra por las ventanas al fondo de la escena. El sol se retira lentamente. La acción transcurre en un pequeño “loft” donde todo es desorden: sillas descolocadas alrededor de una mesa en el centro de la escena encima de la cual vemos platos con restos de comida, copas sucias, cubiertos, migas de pan sobre un mantel roído… También hay papeles, latas y botellas vacías esparcidas por el suelo. A la izquierda de proscenio unas cuantas revistas tiradas sobre un sofá de dos plazas y estirado sobre este podemos observar a GRIS, de aspecto descuidado. Está roncando, va en calzoncillos y calcetines de rombos. A la derecha, una puerta que da al lavabo y otra que da a un pequeño dormitorio. A la izquierda otra puerta que da a la escalera de salida a la calle. Al fondo de la escena, a la derecha, hay una cocina americana en la que sobresalen ollas, cacerolas, vasos y platos amontonados sin lavar. Vemos aparecer, por la izquierda, a ROJO. Viste con traje y corbata elegantes, lleva una maleta en la mano derecha y con la izquierda da un portazo. Se detiene, resopla un instante para después observar a GRIS que permanece inmóvil en sus sueños. ROJO deja la maleta sobre una silla y vuelve con paso ligero y decidido hacia la entrada realizando un nuevo portazo, esta vez más fuerte, que hace caer una de las copas al suelo, esta se rompe.

ROJO: (Enojado.) ¡Me cago en… joder! (Recoge cristales rotos.)
GRIS: (Desperezándose. Bosteza a la vez que habla.) ¿Qué hora es?
ROJO: (Seco.) ¡Es tarde!, muy tarde para estar durmiendo.
GRIS: Ya, pero… ¿qué hora es?
ROJO: Que más te da si no tienes nada que hacer.
GRIS: Tengo una entrevista de trabajo a las seis.
ROJO: (Irónico y con voz lenta.) Qué bien, cómo me alegra. (Pausa. Serio.) Ya tocaba, ¿no?
GRIS: (Incorporándose.) No es fácil encontrar trabajo a mi edad, ¿sabes? (Se dirige a la cocina. Se sirve una copa de whisky.)
ROJO: (Murmurando. Revisa papeles dentro de la maleta.) Ni siquiera eres capaz de lavar los platos.
GRIS: ¿Cómo dices?
ROJO: Vamos, no te hagas el sordo. Podrías lavar los platos, ordenar un poco la casa y dejar de beber, ¿no crees?
GRIS: (Molesto.) Podría (Pausa. Enciende un cigarrillo.) pero esta semana te toca a ti, ¿recuerdas…?
ROJO: (Imitándole.) ¿Recuerdas, recuerdas…? (Pausa corta.) ¡Mira tío! Sabes que te…
GRIS: (Cortándole.) Y si, me estoy quedando sordo. Es hereditario, ya lo sabías. (Se dirige al lavabo.)
ROJO: Lo siento, no me di cuenta, son los nervios (Pausa. Trata de calmarse.) Mira, sabes perfectamente que voy liadísimo esta semana y no tienes ni un solo detalle conmigo. ¿Qué demonios te pasa? Sólo te estoy pidiendo que colabores un poco con las tareas de la casa, ¿tan difícil es? Creo que tengo derecho a…
GRIS (off.): (Cortándole desde el lavabo.) ¡¿Hora?!
ROJO: (Con un grito descontrolado.) ¡Las cinco y media joder!
GRIS: (Saliendo del lavabo. Se seca el rostro con una toalla.) Bueno, bueno, bueno, ¿qué te ocurre ahora? Tranquilízate, ¿quieres?
ROJO: Me pasa, me pasa que estoy harto de tu actitud. Después de todo lo que he hecho por ti, no me merezco esto, ¿sabes?
GRIS: Yo tampoco merezco no tener trabajo, ser viejo, alcohólico y medio sordo…
(Pausa larga.)
ROJO: Lo sé… Pero sigo pensando que podrías tener otro comportamiento, ¿no?
GRIS: (Entrando en la habitación.) Podría…
ROJO: Sin duda.
GRIS (off.): ¿Cómo dices?
ROJO: (Recogiendo la mesa y los papeles del suelo, está nervioso.) ¡Nada!, nada, déjalo…
(Silencio largo.)
(GRIS sale de la habitación vestido con un traje viejo y mal combinado. Lleva una corbata horrible y cantona. Abre los brazos, sonríe.)
GRIS: ¿Qué tal?
ROJO: Hombre.
GRIS: Corre di. ¿Cómo lo ves?
(Pausa corta.)
ROJO: ¿La verdad?, un poco cutre.
GRIS: Ya, cutre (Pausa corta.) ¿sabes qué pasa?
ROJO: Dime.
GRIS: Que no tengo otra cosa que ponerme. (Pausa corta.) También tú podrías tener, de vez en cuando, algún detalle conmigo, ¿no? Sabes perfectamente que no tengo un maldito duro.
ROJO: Entiendo. (Pausa corta.) Podrías ponerte alguno de mis trajes.
GRIS: (Seco.) Me van grandes, ya lo sabes.
ROJO: Ya. (Pausa corta.) Bueno, tampoco está tan mal lo que llevas.
GRIS: Increíble.
ROJO: Podrías cambiarte, al menos, la corbata.
GRIS: ¿La corbata?, podría. (Piensa.) Voy a ver… (Sale hacia el dormitorio.)
(ROJO sonríe y continua ordenando el espacio.) (Silencio largo.)
GRIS (off.): ¿Hora?
ROJO: Creo que vas con el tiempo justo. ¿Dónde tienes la entrevista?
GRIS (off.): ¿Cómo?
ROJO: (Murmurando.) Joder… (Gritando.) ¡¿Qué dónde tienes la entrevista?!
GRIS (off.): ¡¿La entrevista?! A las seis.
ROJO: ¡Sí!, ya sé que…
GRIS: (Asomando la cabeza. Lleva una corbata atrancada alrededor de la cabeza, le tapa los oídos.) ¿Para qué preguntas, entonces? Ayúdame con la corbata, haz el favor…
ROJO: (Sonríe) Si claro. (Le coloca la corbata y le comienza a hacer el nudo.)
GRIS: (Mirándole a los ojos.) Pareces más tranquilo ahora.
ROJO: (Serio.) Lo estaría aún más si hubieses fregado los platos…
GRIS: (Con voz cansada.) ¿Ya estamos otra vez?
ROJO: No me hagas caso, últimamente no (Pausa. Con ternura.) ¿Me quieres?
GRIS: (Mirando el reloj de ROJO.) ¡Joder, es tardísimo!
(GRIS sale a toda prisa por la izquierda dando un portazo al salir. ROJO, con la cabeza baja, se dirige a la cocina y comienza a fregar los platos tras un largo suspiro. Oscuro lento.)

No hay comentarios: